domingo, 25 de enero de 2009

El sueño que nunca acababa

No sabía si era verdaderamente un sueño o sí lo estaba viviendo, pero estaba allí, en el supermercado, en medio de todos los pasillos. No sabía a dónde ir, solo sabía que tenía que comprar comida para la excursión que iba a tener al día siguiente. Sentí que todo el supermercado estaba en mis manos que podía coger muchas cosas: polipropileno de El Príncipe, polietilentereftalato de naranja, polietilentereftalato de Fuente Alta, polipropileno de Risquetos, y que además podría llevarle a mi madre tolo lo que le hiciera falta: polipropileno de La irlandesa, polietileno de alta densidad de Conejo, polietileno de alta densidad para cabellos rizados Pantene. Pero pensé en lo que me había dicho mi madre: “ Compra poliestireno duro, polipropileno de El Príncipe, pan, atún, sardinas, polietileno Tereftalato de naranja…-dijo decidida- ¡Ah! y no te olvides de comprarme polietileno de alta densidad que en el baño no queda, un cuerno artificial para peinarme y las baquelitas para comer”
Sentí que oía algo, alguien me estaba llamando, me desperté y pensé que todo era un sueño. Desayuné una comida riquísima que mi hermana había cocinado con un teflón. Después fui al ordenador a contarle el sueño que había tenido y los policarbonatos no estaban. Me pregunté si de verdad estaba despierta. Era una pregunta que me hice durante horas mientras veía que toda la casa estaba diferente. Fui a hablar con mi madre sobre todo lo que pasaba cuando vi que mi familia se había convertido en perros, me quedé asombrada cuando vi que me había salido una cola y estaba sufriendo cambios, tenía que salir de aquella casa que durante toda mi vida había pensado que era mi casa. La casa no tenía puertas que era aquello.
Sentí que sonaba algo, pensé que era en el sueño, pero era el policarbonato. Ahora estaba despierta y cuando vi a mi familia les di un fuerte abrazo. Pensé que sería una gran oportunidad por haberlo pasado tan mal en ese sueño que parecía que nunca iba a terminar.
Decidida les dije que les quería y que nunca les cambiaría por nada, siempre iban a estar ahí cuando lo necesitara. Quizás fue eso por lo que tuve el sueño porque pensé que verdaderamente no me querían, pero me demostraron lo contrario y vi que mi casa estaba igual que la noche anterior.
FIN
Natalia H.M. 2ºESO-B